El mejor prólogo, que podría
hacer para un país de tales características, sería probablemente considerado
inadecuado, de poco tacto o incluso valorarse de mal gusto.
Empecemos
simplemente diciendo, tras las grandiosas murallas del reinado, se esconde la despiadada
realidad. Manifiesta es la más total y absoluta ausencia de libertades
consideradas fundamentales, enfermedad sistémica que la monarquía de tipo
hereditario, corte dictatorial y perpetuamente totalitario, no está dispuesta a
dejar escapar.
El uso de la religión, como
mecanismo de control, ha sido perfectamente establecido. Un lugar, donde se
siguen practicando mutilaciones a modo de castigo, donde un acto homosexual, es
penado con la muerte, un país en el que la esclavitud, en todas sus representaciones,
está protegida por ley. Aun así, son muchos los que consideran a Arabia Saudí, como
garante y protector del Islam. Sus lugares más sagrados, cuyo principal punto
de peregrinación es “
La Mecca” ciudad próxima a las
orillas del Mar Rojo y a la cual tengo prohibido el acceso, ya que, solo los fieles
pueden acceder a ella, se sitúan
en
territorio Saudí.
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Grupo de hombres, Plaza Al Musmak |
Sin embargo, cerca de la costa, la
floreciente
Jeddah me acoge y muestra las tormentosas restricciones a las que
se ven sometidas las mujeres, severamente despreciadas, recibiendo constantemente
un trato denigrante. Bajo el dominio absoluto del hombre, todas las facetas de
sus desgraciadas existencias están subyugadas, por ejemplo;
se considera delito el hecho de ser vista en
público sin la presencia del captor. En casos de extrema desobediencia se
considerara como delito grave, por ejemplo, el simple hecho de ser cazada al
volante de un vehículo, incluso en situaciones de vida o muerte.
¿Asfixiante? una constante para
la mayor parte de los habitantes que pueblan la Península Arábiga, ¡su amargura
es tan densa que llega a percibirse! Arabia Saudí es el aberrante ejemplo de
una de las interpretaciones más
estrictas e inclementes de la
“
sharia”.
Los cimientos de esta sociedad están instalados
en los avernos de la corrupción y la deformación de los preceptos islámicos,
exclusivamente con fines lucrativos y
de
supremacía.
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Transporte de obreros |
Para incrementar el valor de la
fórmula, los países exponencialmente desarrollados del Mundo, permitimos que
dictaduras tan infames y asesinas, como es el caso que nos atañe, formen parte
de organismos internacionales, tales como,
la todopoderosa
ONU, el hilarante G-20, o pasar por alto el
idilio que mantiene desde hace décadas con Estados Unidos, ambos obsesionados
con el control escrupuloso y exhaustivo de todos los individuos del planeta. Fundamental
en este apartado, será recordar que el denominador común de todas estas
operaciones de dominación y poder, está cubierto por el oscuro tesoro, escondido
en lo más profundo del desierto.
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Kingdom Tower |
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Vistas Kingdom Tower, 302 m. de altura |
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Dentro del taxi, afueras de Riyadh |
La contemplación de los resplandecientes
muros, tallados en el sufrimiento de un millón de esclavos, plagados de sofisticados
sistemas de seguridad, los cuales, separan lo más distinguido de la alta suciedad,
de los interminables suburbios de una ciudad enferma:
- ¡Me producen NAUSEAS!
- Bueno, pensándolo mejor, quizá estas hayan sido
producidas por el sucedáneo de cerveza a base de maíz que tomé del
mini bar, en la habitación de hotel, en Riyadh.